Las menciones de que un hijo de Alberto Kaleñuk, secretario privado del gobernador José Alperovich, habría estado presente en una fiesta realizada en El Cadillal o en Raco en la que murió Paulina Lebbos, motivó que el fiscal de Instrucción de la IV° Nominación, Diego López Ávila, investigara a Sergio Kaleñuk.
Las pruebas objetivas no comprobaron lo que habían dicho los testigos que aseguraron haber escuchado las hipótesis de “los hijos del poder”, de acuerdo al requerimiento de elevación a juicio que hizo el fiscal. De todas maneras, se realizaron diversas medidas para saber cuál había sido el itinerario de Sergio Kaleñuk el 26 de febrero de 2006, cuando desapareció Paulina.
El 12 de agosto de 2013 se solicitó a las empresas de telefonía móvil que remitan las llamadas que se habían realizado de los teléfonos de Sergio Kaleñuk y de otras personas, entre la fecha de la desaparición de Paulina y la del hallazgo del cuerpo (el 11 de marzo de 2006). Luego se instruyó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que se realice un entrecruzamiento de llamadas.
Conexiones sospechosas
Sergio Kaleñuk tuvo múltiples llamadas con Héctor Gustavo “El Gordo” González, referente de la barrabrava de Atlético Tucumán. El día anterior al hallazgo del cuerpo de Paulina, mantuvieron cuatro comunicaciones a la mañana. Kaleñuk, según las antenas que tomaron las llamadas, estaba en el microcentro tucumano.
La otra persona vinculada en la causa Lebbos con la que se comunicó en varias oportunidades durante el lapso investigado, es el entonces secretario de Seguridad Eduardo Di Lella, a quien llamó, por ejemplo, el 26 de febrero a las 16.04, encontrándose el teléfono de Kaleñuk en Yerba Buena.
El clásico
El domingo 26 de febrero de 2006 se jugó en el estadio de Atlético Tucumán un clásico con San Martín. Daniel Eduardo Paz, custodio del gobernador, y Nicolás Barrera, entonces subjefe de Policía y procesado por el encubrimiento del crimen de Paulina, justificaron en ese evento las comunicaciones que tuvieron con Sergio Kaleñuk, que estaba vinculado a la dirigencia “decana”.
De acuerdo al entrecruzamiento de llamadas, a las 0.13 del 26 de febrero Kaleñuk llamó a un número de teléfono del Gobierno, que estaba asignado al entonces secretario de Prensa y Difusión Ignacio Golobisky. Luego recibió dos llamados de un número del Ministerio de Economía, que según informó el organismo utilizaba Miguel Ángel Abbondandolo, actual dirigente “decano”.
Kaleñuk tuvo tres llamadas más (a las 0.42, 0.54 y 2.39). A las 6.12 se comunicó con el *555, estando en Yerba Buena, de acuerdo al entrecruzamiento. A las 6.33 recibe el primer llamado del custodio de Alperovich, quien declaró en la fiscalía que se contactaban por el clásico. Paz también es dirigente de Atlético Tucumán.
La siguiente llamada, a las 6.51, la tomó una antena ubicada en 12 de Octubre 236, en la capital. Cinco minutos más tarde, volvió a ser tomada una comunicación en Yerba Buena. Con Barrera se contactó a las 7.15 y a las 7.50. Con Paz reiteró las comunicaciones a las 7.15, 7.42 y 8.04. A las 8.09 y 8.17 lo llamaron de la subjefatura de Policía. Todas las llamadas habrían estado relacionadas con el clásico. A las 8.30 lo contactó Alejandro Urueña. Las comunicaciones siguieron (fueron varias), tomadas por una antena de Yerba Buena.
La llamada que lo ubica en una zona cercana adonde habría estado Paulina, fue la que recibió a las 9.38, de un teléfono a nombre de Marcela Alejandra Palacios. Fue captada por la antena de avenida Independencia al 1.200, la misma que tomó la última llamada de la víctima a las 10.20.
Según el registro de las antenas telefónicas, Sergio Kaleñuk estuvo en la misma celda que estuvo el celular de la víctima desde las 09:38:40 hasta las 10:38:04 hora en que recibe una llamada de su padre Alberto. En ese tiempo realiza una llamada nuevamente a Barrera.
Luego, Sergio Kaleñuk volvió a Yerba Buena, hasta las 11.37, cuando regresó a la zona de la antena de avenida Independencia (un radio de dos kilómetros a la redonda). Su día siguió activo en cuanto a comunicaciones se refiere, sobre todo con Barrera, Di Lella y la subjefatura de Policía.
Lo cierto es que durante toda la jornada del 26 de febrero, las antenas teléfonicas no ubicaron a Sergio Kaleñuk ni en El Cadillal ni en Raco. Por ello, el fiscal lo desvinculó de las hipótesis que hablaban de fiestas en esas localidades.
Alberto Kaleñuk
El teléfono del secretario privado del gobernador también fue investigado
Las hipótesis de El Cadillal y Raco indicaban que luego de producirse la muerte de Paulina Lebbos por una caída o por sobredosis, llamaron a Alberto Kaleñuk quien se habría encargado de la maniobra para deshacerse del cuerpo. Sin embargo, las antenas no detectaron ninguna llamada que haya recibido el secretario privado del gobernador José Alperovich, que haya sido realizada desde algunas de esas dos localidades.
El 26 de febrero
Las comunicaciones el día en que desapareció Paulina Lebbos hasta el día en que la hallaron
La primera llamada la recibió a las 9.01, y la tomó una antena de Yerba Buena. Quien se había comunicado era Alejandro Urueña, quien media hora antes había llamado a Sergio Kaleñuk. A las 10.38, cuando Alberto Kaleñuk ya estaba en la capital (lo captó la antena ubicada en Frías Silva al 400), lo llamó su hijo, quien se encontraba en la misma zona en la que estaba el teléfono de Paulina (avenida Independencia al 1.200), según se explica en el requerimiento de elevación a juicio. El 26 de febrero también mantiene conversaciones con Eduardo Di Lella, entonces secretario de Seguridad. Al día siguiente, se comunicó con Víctor Deiana, y el día en que se halló el cuerpo de Paulina habló con el custodio del gobernador Daniel Eduardo Paz en varias oportunidades, siendo tomado por la antena de avenida Independencia al 1.200. Con el entonces subjefe de Policía Luis Nicolás Barrera habló varias veces en esos días.
Escuchas telefónicas
Alberto Kaleñuk tenía conocimiento de que le habían intervenido el teléfono celular
El fiscal Diego López Ávila le había solicitado al juez de Instrucción Francisco Pisa, la intervención de varias líneas telefónicas, entre las que estaba la de Alberto Kaleñuk. Pero el secretario privado del gobernador José Alperovich habría tenido conocimiento de que lo estaban grabando. En un mensaje de texto, Kaleñuk le advierte a su abogado que la línea está intervenida por “ellos”. “Es decir, los llamados y la información cautelosa intercambiada en ellos se debía a que este, de algún modo, ya tenía conocimiento de la medida de intervención”, concluyó el fiscal.